miércoles, 23 de noviembre de 2016

Experiencia de Sandra en Bolivia: "Cada día era diferente, emocionante y especial"

Sandra colaboró el pasado verano en uno de los centros de Bolivia que trabaja con fauna rescatada. Estos centros tratan de dar una vida mejor a animales que han sufrido maltrato, que han estado dentro del tráfico ilegal y que, en muchos casos, este trato ha provocado que ya no puedan vivir en libertad. 

Es uno de los proyectos más especiales con los que colaboramos y del que siempre nos gusta escuchar experiencias como la de Sandra:

"Cada mañana al levantarnos teníamos dos tareas, una que variaba diariamente y era de limpieza del parque o trabajos de comunidad y la otra que era quincenal y se realizaba con los animales de campo (preparar comida, alimentarlos a primera hora de la mañana, limpieza de jaula...). 

Después teníamos una hora para desayunar y siempre se recordaban las normas o mejoras para el buen funcionamiento. 

Sobre las 9 de la mañana, cada uno se responsabilizaba de ir a ver al animal asignado hasta las 12:30. Dependiendo del animal hay que respetar rutinas y hábitos para poder ofrecer el mejor cuidado. 

Mis mañanas eran dedicadas a Juancho, un jaguar muy mayor con una historia triste. Provenía de un zoológico del país que ya no lo quería porque a causa de unos accidentes dejaba de ser llamativo para los clientes. Los accidentes sufridos, por mala práctica de los trabajadores, hicieron que se quedara ciego y que al operarlo de una de sus patas traseras y se quedara cojo. 


Juancho
Durante la mañana hacía compañía a Juancho, él dentro y yo fuera de la jaula: caminábamos juntos, jugábamos con palos.... se guiaba mucho por la voz y con los días cogimos mucha confianza y pude acariciarlo siempre con precaución y en zonas específicas. Por suerte, nuestra relación fue muy bonita y conectamos muy bien. 

Al regresar al campamento sobre las 12:30, se comía con todo el mundo y teníamos un rato para relacionarnos entre nosotros. Después sobre las 14:00 tenías que dedicar tu tarde, hasta las 17:30, al cuidado del segundo animal. En mi caso tenía a Lazycat, una ocelote, también de edad avanzada. Con ella mi rutina era diferente, podía pasear por unos caminos específicos pero siempre con medidas de seguridad. Al finalizar las rutinas volvíamos al campamento a compartir experiencias con el resto de compañeros y compañeras. 


Lazycat y Sandra
Lo mejor de esta experiencia ha sido poder observar a los animales libres en su hábitat y poder ayudar a los que no pueden estarlo para intentar que vivan lo mejor posible y lo mas parecido a su vida natural.

Cada día era diferente, emocionante y especial. Observar la evolución de tu animal, el encontrarte otros por la jungla virgen del parque, olores, ruidos... y los momentos vividos con los compañeros."


Experiencia de Sandra en centro de fauna rescatada (Bolivia), Junio 2016