viernes, 21 de diciembre de 2018

2018: ¡la familia Tumaini crece!

Eva durante su viaje solidario de Kenia.

Queda muy poco para que termine el año, ¡y toca reflexionar! ¿Cómo ha sido 2018 para Tumaini? Si tuviéramos que resumirlo en una frase sería: crecimiento. Crece el número de viajeros y viajeras. Aumenta también el número de proyectos con los que colaboramos, ya que este año hemos incorporado 5 nuevos en Perú y Kenia. Además, tenemos nuevas colaboraciones con otras ONG, universidades y empresas, y hemos recaudado más de 5.900 euros para las ONG de India, Kenia y Nepal. La familia Tumaini crece, hay más solidaridad… ¡y más viajes que cambian la vida!

María en el centro de elefantes de Tailandia
María  en el centro de elefantes de Tailandia

5 años de viajes y solidaridad

Seguimos aumentando el número de personas que eligen Tumaini para realizar sus viajes solidarios. En 2016 fueron 197. En 2017, 262. Y en 2018, más de 280 personas han confiado en nuestra asociación para organizar su voluntariado internacional. Llevamos cinco años conectando a voluntarios y voluntarias con ONG en países del Sur, y más de 900 personas en total ya han vivido experiencias enriquecedoras, inolvidables y solidarias a través de Tumaini. ¡Gracias a todos y todas por hacerlo posible! :)

¿Y cómo son las personas que han viajado con nosotras este año? La gran mayoría son mujeres (74%), y la media de edad es de 31 años. Además, percibimos que cada vez hay más personas jóvenes que se acercan con ganas de viajar de forma más sostenible, solidaria y alternativa.

La valoración media de la atención recibida por Tumaini es de un 8,9 sobre 10. La nota es muy similar a la del viaje solidario en general: la mayoría de personas, valoran la experiencia global (la atención de Tumaini, del proyecto, su voluntariado, alojamiento, etc.) con un 8,92 sobre 10. No hay mejor noticia que saber que las personas vuelven de sus viajes llenas de aprendizajes y valiosas experiencias.

Jesús en su viaje solidario a Nusa Penida, Bali
Jesús en su viaje solidario a Nusa Penida, Bali

Perú, el destino favorito de las y los viajeros solidarios

Y con gran diferencia. El 32% de las personas que han viajado en estos 5 años con Tumaini lo han hecho a Perú. ¿Por qué? Porque es un país fascinante donde conocer el Machu Picchu, sumergirse en una cultura ancestral y saborear deliciosos platos. Y porque en él colaboramos con cinco proyectos rigurosos y honestos en entornos tan impresionantes como la ciudad de Cusco, la selva de Iquitos o el Valle Sagrado.

Kenia es el segundo destino más solicitado (22%). En ese país colaboramos con cuatro proyectos: un centro de acogida de niñas en Ngong Hills; un orfanato en Nairobi y Malindi, un proyecto que da un hogar y educación a niños y niñas de la calle en Mombasa y un centro de acogida de niños y niñas Pokot en Nakuru.

Le siguen: India (15%), Indonesia (10%), Bolivia y Nepal (6%).

Los proyectos educativos siguen siendo los favoritos, seguidos de los de cuidado de animales y de protección del medioambiente.

Isaías durante su viaje solidario a Bolivia
Isaías durante su viaje solidario a Bolivia


Más de 5.900 euros para fortalecer proyectos

En 2018, hemos organizado varias campañas de recaudación de fondos para las ONG colaboradoras de Tumaini que tenían necesidades más urgentes. En concreto, hemos conseguido:

Perú es, con gran diferencia, el país más solicitado para nuestros viajes solidarios
Perú es, con gran diferencia, el país más solicitado para nuestros viajes solidarios

Nuevas colaboraciones

2018 también ha sido el año de las colaboraciones. Las más destacadas son:

Si te quedas en la familia Tumaini en 2019, te prometemos un año lleno  de viajes, aventuras, proyectos y solidaridad, ¿contamos contigo?

Lucas en el proyecto de México.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Fernando en Perú: “los niños y niñas te dan muestras de cariño desde el primer momento”

Fernando con otra voluntaria en la escuelita de Perú
Fernando con otra voluntaria en la escuelita de Perú.

Sin calles masificadas. Sin turistas haciendo fotos por todas partes. ¡Hacer un viaje solidario fuera del periodo de verano cada vez es más habitual! Fernando Jiménez ha colaborado en la escuelita de Cusco entre noviembre y diciembre de 2018. Ha coincidido con varias personas voluntarias con las que tuvo “calidez desde el primer día” y le ha encantado su relación que tenía con los niños y niñas.

¿Cómo era el día a día en el proyecto?

Los voluntarios y voluntarias solíamos quedar a las 14:30 h en el hostal para ir juntos a la escuela. Una vez allí, jugábamos con los y las peques, realizábamos talleres (arte, informática, baile, juegos y tutorías) y hacíamos terapia sobre diferentes temas (igualdad, violencia de género, familia, etc.).

Lo más original de este proyecto es que nos reuníamos en pequeños grupos de niños y voluntarios, llamados "familias". En cada familia, desarrollábamos el tema tratado. El día terminaba merendando y jugando hasta que los padres venían a recoger a los niños.

Fernando con los niños y niñas de Perú
Fernando con los niños y niñas de Perú

¿Qué es lo que más te ha gustado de tu viaje solidario?

¡La relación, tanto con los niños como con los voluntarios y voluntarias! Los niños y niñas desde un primer momento te dar muestras de cariño. Las personas voluntarias tuvimos hermanamiento y calidez desde el primer día.

¿Y lo que menos?

El poco tiempo que estuve.
Fernando bailando con una de las niñas del proyecto.
Fernando bailando con una de las niñas del proyecto


¿Qué tal te recibieron en el proyecto?

Genial. Los primeros días se preocuparon para que sufriera lo menos posible el mal de altura, y los días restantes su trato fue amable, cariñoso y atento.

¿Qué momento de tu viaje recuerdas con más cariño?

Me gustaban mucho los viernes, ya que para concluir con los temas semanales, realizábamos un "show". En él, cada familia mostraba lo realizado durante la semana. El show era muy variado: desde teatro o canciones hasta pasacalles por la ciudad. ¡Tanto los niños como los voluntarios disfrutábamos mucho!

Grupo de voluntarios y voluntarias en el proyecto
Fernando viajó a Perú a través de Tumaini el 18/11 al 11/12/18.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Voluntariado ≠ postureo: cómo hacer fotos a niños y niñas durante tu viaje solidario

Ejemplo de una foto tomada en uno de nuestros proyectos colaboradores en Kenia.
Ejemplo de una foto tomada en uno de nuestros proyectos colaboradores en Kenia. 

Este verano sucedió: las redes sociales se llenaron de fotos de famosos junto a niños y niñas negros y latinos. Muchas personas que hicieron viajes solidarios publicaron imágenes con adorables bebés en sus brazos. Fotos donde la persona voluntaria es la protagonista. Fotos donde se muestra “lo buenos o buenas que somos”. Fotos que no muestran ni realidad ni dignidad.

Consecuencias de las fotos irresponsables

En Tumaini nos tomamos muy en serio las fotos que los voluntarios y voluntarias publican durante sus viajes. Tenemos muy claro las consecuencias negativas que pueden tener estas publicaciones:
  • Fomentan el “síndrome del salvador blanco”, donde una persona blanca salva a personas racializadas de sus dificultades. Las personas negras o con rasgos indígenas se muestran como inferiores, no son capaces de resolver sus problemas sin la ayuda de una persona blanca. 
  • No muestran la realidad del voluntariado. Colaborar con una ONG no significa pasar el día abrazando a los niños y niñas. Implica trabajar (y a veces, de forma intensa) en tareas como: dar clase, ayudar con los deberes, pensar actividades lúdicas, dinamizar espacios, organizar eventos, etc. 
  • No enseñan la dignidad de las personas. Al contrario, muestran a la población local como inferior, indefensa, impotente. 
  • No explican las problemáticas sociales del país donde se colabora. Y tampoco las iniciativas de personas valientes que luchan por transformarlas. 
¡Muestra en tus fotos la realidad de tu voluntariado!
¡Muestra en tus fotos la realidad de tu voluntariado! 

Todas las personas que hacen un viaje solidario a través de Tumaini deben realizar un curso de formación obligatorio. En él, comprenden la dimensión de su papel como personas voluntarias y la responsabilidad de explicar su experiencia de forma realista y responsable.

Si tus fotos muestran aspectos de la cultura local, ¡explícalos en tu texto!
Si tus fotos muestran aspectos de la cultura local, (en la foto, nepalí) ¡explícalos en tu texto! 

Antes de hacer "clic", ¡sigue estas normas básicas!

En Tumaini colaboramos con proyectos situados en países tan diversos como India, Kenia o Perú. Cada ONG tiene sus propias normas (por ejemplo, en algunos no se puede hacer fotos hasta el último día de voluntariado), que explicamos a las personas que viajan antes de partir.

Muestra a personas llenas de dignidad, valentía y entereza
Muestra a personas llenas de dignidad, valentía y entereza (Perú).

Pero, en general, todo viajero o viajera que colabora con una ONG en un país del Sur debe tener en cuenta estos elementos antes de hacer “clic” con la cámara o móvil:
  • Siempre, siempre pide permiso para tomar fotos.
  • Haz fotos con moderación.
  • Evita fomentar estereotipos: aprovecha para explicar las complejidades de la cultura o sociedad que visitas.
  • Evita el postureo y fotos donde los blancos aparecemos como “salvadores”. Antes de publicar algo piensa qué quieres conseguir con la foto. En Tumaini queremos romper con el estereotipo de los voluntarios y voluntarias como salvadores del mundo. Para ello puedes explicar las actividades que haces con las personas de la foto, un poco de su historia, etc.
  • No publiques fotos que puedan denigrar a ninguna persona, ya sea menor o adulta. Evita hacer fotos en lugares como por ejemplo hospitales. 
  • Nunca fotografíes a menores desnudos.
  • Tus fotos deben mostrar siempre respeto por la cultura local y las tradiciones. Nunca, nunca, las ridiculices.
  • Aprovecha las redes para contar lo que no suele contarse. Por ejemplo, habla de historias de superación y de cómo el proyecto ha mejorado la vida de quien estás fotografiando. Una buena idea es preguntar a las personas locales qué les gustaría mostrar o qué historia les gustaría contar.
  • Si has viajado con Tumaini y  tienes dudas antes de publicar una imagen, ¡pregúntanos! Estaremos encantadas de ayudarte :)
Muestra momentos divertidos, diferentes, explica lo que nadie cuenta
Muestra momentos divertidos, diferentes, explica lo que nadie cuenta.



jueves, 22 de noviembre de 2018

Elisa en Kenia: “Es la experiencia vital más preciosa del mundo”

Elisa en el centro de acogida de Kenia
Elisa en el centro de acogida de Kenia. Fue la primera voluntaria internacional. 

Elisa ya conocía Kenia. Había hecho un viaje organizado en 2017. Le impactó tanto que, cuando estaba aterrizando en Madrid, se prometió a sí misma que volvería al año siguiente. Pero no regresó de turismo, sino con un viaje solidario, a través de Tumaini. Gracias al voluntariado ha conocido  “lo esencial, lo auténtico y lo impactante” del país, afirma. La experiencia ha sido tan bonita que dice que la repetiría “mil veces más y cada vez sin duda crecería de nuevo por dentro”.

Ya habías viajado a Kenia, ¿qué te hizo volver y por qué de forma solidaria?

En 2017 visité el país con 2 amigas en un momento personal delicado y me prometí volver en cuanto aterricé de vuelta en España. Primero, por lo que supuso para mí a nivel anímico , ¡ese viaje me llenó de ilusión!, y segundo, por lo especial de Kenia. Todo el mundo dice que una vez la conoces te atrapa y eso mismo me pasó a mi. Kenia tiene magia, me robó el corazón: los paisajes, los sonidos, los olores, la comida y, sobre todo, su gente. Decidí volver para ayudar porque las miradas, los abrazos y las sonrisas de los niños a nuestro paso me dejaron en deuda sin duda.

Elisa hizo voluntariado con bebés abandonados o huérfanos en Nairobi

¿En qué se diferenciaron los dos viajes (el primero, turístico, y el segundo de voluntariado)?

El año pasado viajé en pack organizado, con todo tipo de comodidades, y disfruté muchísimo de los sitios que visitamos y de los momentos con mis amigas. Pero, al fin y al cabo, fue “un viaje más”. “Lo esencial, lo auténtico y lo impactante” del país no está ahí en la superficie, pero en nuestro primer viaje a Kenia se colaba en nuestras paradas sin dejarnos indiferentes.

Cuando volví esta segunda vez a conocer todo eso que me había tocado por dentro me di cuenta de que eso que no se ve en los paquetes turísticos es aún más bonito que los lodges de lujo. A través de un viaje solidario conoces la realidad del país, te sumerges en ella, aprendes su cultura, su idioma y das a la vez que recibes. Por otra parte, se puede combinar con turismo convencional, por lo que se convierte en una experiencia que siempre recordarás.

¿Cómo era tu día a día en el proyecto de Nairobi?

Mi horario de voluntariado era de 9 a 17 h con una hora de descanso para comer. Mi tarea principal era cuidar de bebés huérfanos o abandonados por sus padres de 1 a 24 meses (algunos con discapacidades físicas/mentales): cambio de pañales y ropa, aseo, alimentación y entretenimiento. El resto del día, realizaba  actividades con los niños más mayores (de 7 a 16 años).

Con uno de los niños del centro
Con uno de los niños del centro

¿Cómo fue tu relación con ellos?

Fui la primera en colaborar con esta ONG de Nairobi y además no coincidí con otros voluntarios. Al principio, niños y trabajadores del centro estaban expectantes (creo que muchos no habían visto una blanca nunca). Pero, en muy poco tiempo, se creó un vínculo fortísimo por ambas partes (incluso de verdadera amistad con algunos de ellos). Tanto, que cuando volví a España me costó muchísimo retomar mi rutina: les echaba de menos y llegué a quererles tanto que pase una especie de duelo, ¡deseaba haberme quedado allí! Me hicieron sentir una más llenándome de cariño a diario en forma de gracias. ¡Pero las gracias se las tengo que dar yo!

¿Hay alguna historia de algún niño o niña que te haya marcado? 

¡Hay tantas historias! Me tocó trabajar en la unidad de bebés, alimentándoles, limpiándoles, jugando con ellos… Había un pequeño que tenía autismo y consiguió sonreír y “chocar los 5” conmigo después de mil intentos por mi parte, ¡las cuidadoras no daban crédito!

Y, por supuesto, nunca olvidaré a uno de ellos, “your novio” como decías las “aunties” que aprendieron español. Fue amor a primera vista, qué pena que la adopción internacional en Kenia no esté permitida, ¡porque cuidaría de ese bebé para siempre!

Elisa junto a mujeres masai en Kenia
Elisa junto a mujeres masai en Kenia

¿Qué opinas de la labor de la ONG con la que colaboraste?

Hacen un trabajo maravilloso, ¡qué sería de esos niños de lo contrario! Reciben una buena educación basada en el respeto, el agradecimiento y el trabajo. Además, son alimentados de forma equilibrada, escolarizados y además ¡consiguen interiorizar un concepto de familia entre ellos envidiable!

¿Qué aprendiste de tu viaje solidario?

A valorar lo que tengo, a recibir, a tolerar, a observar… Me hice fuerte físicamente, entendí que otras realidades muy diferentes son igual de buenas o incluso mejores que la mía (que a priori parecía perfecta)... Y, sobre todo, aprendí a emplear mi tiempo libre en cosas que te llenan, más que los placeres vacíos.

Bebés en el centro de acogida
Bebés en el centro de acogida de Nairobi

¿Tu viaje solidario te ha cambiado, aunque sea un poco, la vida?

Sí, soy mejor persona, me encuentro llena de paz, sin cabida a problemas superfluos del día a día. Muy satisfecha por el granito de arena aportado y por otra parte muy agradecida por haber tenido la oportunidad de vivir algo tan especial en todos los sentidos.

¿Hiciste nuevas amistades durante tu colaboración?

Todavía sigo en contacto con mucha gente (la directora, las cuidadoras, una estudiante africana que hacía prácticas allí, el conductor, y los masais que me recibieron los fines de semana). Son gente maravillosa que abraza al que llega, te lo dan todo, incluso lo que no tienen para ellos mismos. Espero de corazón volver pronto.

En su voluntariado, Elisa hizo amistades que todavía perduran.
En su voluntariado, Elisa hizo amistades que todavía perduran.

¿Recomendarías el viaje solidario a una persona que está dudando en hacerlo?

¡Entiendo que hay que ser valiente! Al inicio hay dudas, incertidumbre... Pero lo positivo en la balanza final es aplastante, ¡100% ventajas y aportaciones para uno mismo!  Es la experiencia vital más preciosa del mundo y considero que todos deberíamos pasar por ahí al menos una vez.

Elisa viajó y colaboró en el centro de acogida para niños y niñas de Nairobi del 16/06 al 02/07/18.

martes, 30 de octubre de 2018

Voluntariado en familia en Indonesia: “¡ha sido genial como madre, compañera, viajera y voluntaria!

Reyes y sus hijos en el proyecto de Nusa Penida.
Reyes y sus hijos en el proyecto de Nusa Penida

Este verano, Reyes viajó con sus dos hijos de 21 y 22 años a Indonesia. Colaboraron en en un proyecto cuyo objetivo es recuperar y proteger el entorno natural de la isla de Nusa Penida. La experiencia le ha servido para “ir sembrando una semilla solidaria” en sus hijos y para conocerse mejor, compartir experiencias increíbles y hacer amistades inolvidables.

Ha sido el primer viaje a un sitio lejano que realizáis en familia. ¿Cómo surgió la idea?

Por mi inquietud de seguir poniendo granitos de arena para mejorar el mundo. También quería ir sembrando esta idea en mis hijos.

Reyes, sus hijos, otras personas voluntarias y gente del proyecto en Nusa Penida.
Reyes, sus hijos, otras personas voluntarias y gente del proyecto en Nusa Penida.

¿Creéis que un viaje solidario es una buena experiencia para vivir en familia? 

A mí me lo ha parecido, ¡por un montón de cosas! En general, nos hemos conocido a nosotros mismos en circunstancias muy diferentes a las habituales. Como madre, me da la satisfacción de seguir sembrando en la formación de dos personas que pueden continuar el testigo. Como compañera, porque nos ha brindado la oportunidad de disfrutar juntos y estrechar lazos. Como viajera, porque ha sido fantástico conocer otra cultura y otros paisajes humanos y geográficos y ampliar relaciones con otras personas voluntarias, ¡hemos dejado amigos de distintos lugares y lo hemos hecho los tres juntos! Serán amigos comunes unidos por una experiencia bonita. Y como voluntaria, porque cuando se da, por poquito que sea,  en compañía de los tuyos, te parece que se hace con más fuerza.

Durante el viaje también pudieron hacer excursiones con otros voluntarios y voluntarias
Durante el viaje también pudieron hacer excursiones con otros voluntarios y voluntarias.

¿Cómo era un día en el proyecto?

A las siete en punto comenzábamos la reunión de voluntarios y voluntarias. Nuestro coordinador, Cucu, un chico entrañable, nos contaba cuál era la actividad propuesta para el día. Podía ser: monitorizar una especie de ave en extinción llamada Bali Starling, es decir, avistar la afluencia de estas aves en nidos colocados en diferentes zonas; limpiar de maleza zonas ajardinadas del proyecto; trasplantar esquejes o buscar una determinada especie de planta de té por la jungla en los alrededores del proyecto para luego plantarla para su cultivo.

Tras el desayuno, ¡excursión! Alquilamos un par de motitos que nos permitían desplazarnos con cierta autonomía, aunque no sin cierto riesgo, sobre todo el camino desde el proyecto hasta bajar a la zona de carretera, ya más o menos asfaltada. El primer dia fuimos solos, pero ya el resto organizábamos las excursiones con los otros voluntarios y voluntarias. Ni qué decir tiene la belleza de la naturaleza de la isla.

El almuerzo, solíamos hacerlo en el lugar de la excursión del día, para incorporarnos de nuevo ya sobre las tres o las cuatro a la segunda actividad, ¡que también variaba! En un par de ocasiones, fuimos a colegios para dar clases de inglés a niños y niñas. Otras veces, recogimos basura de una playa o incluso visitamos una cueva impresionante, aunque cuajada de murciélagos, ¡jajaja!

Ya de vuelta de la actividad, teníamos el tiempo para descanso y una ducha y antes de las siete, la cena, que solíamos hacer allí todos juntos, con sobremesa de charla e incluso algo de guitarra o partida de cartas. Algún día nos aventuramos a bajar después de cenar (allí oscurece a las seis y media) a un bar cercano para escuchar música en directo, incluso con alguna participación por nuestra parte :) Y, por supuesto, allí conocíamos a gente local.

Las clases con los niños y niñas fueron las experiencias más gratificantes.
Las clases con los niños y niñas fueron las experiencias más gratificantes.

¿Nos puedes contar alguna anécdota especial de tu viaje solidario? 

¡El susto que me llevé la primera vez que escuché un gecko (y fue de noche)! No sabéis qué especie de bicho pude imaginar que emitía aquellos sonidos, y cuál no fue mi sorpresa cuando me dijeron que era un lagartito como nuestras salamanquesas, que además se comía a los mosquitos… ¡al final eran bienvenidos y todo!

Y lo más gratificante, al menos para mi, los niños y niñas en el cole, ¡la fiesta que era para ellos tenernos allí!

¿Qué tal tu relación con las personas del proyecto?

Cucu, el coordinador, ¡era genial! ¡Se prestaba a todas nuestras bromas! Congeniamos tanto con él y con las chicas encargadas de la cocina, Asti y Ekha, que sin apenas hablar inglés nos partíamos de risa y acabamos compartiendo, y conociendo un poco de sus vidas.

Las tareas de voluntariado eran muy variadas.
Las tareas de voluntariado eran muy variadas.

En el proyecto, ¿trabajabais todos y todas juntos? 

Generalmente sí aunque, a veces, nos dividían en pequeños grupos. Por ejemplo, para abarcar todos los puntos de nidos de pájaros, o en las clases de inglés según el nivel.

¿Qué es lo que más y menos te ha gustado de tu experiencia? 

Lo que más, y en resumen de todo lo vivido, compartirla con mis hijos. Lo que menos, a veces sentir impotencia ante la situación. Por ejemplo, con la basura, te entraban ganas de contratar un camión o algo asi, con una pala, y quedarte allí a organizar un servicio.

El paisaje de Nusa Penida es espectacular. 

¿Qué habéis aprendido? 

A tolerar otras culturas, intentando no emitir juicios. Por ejemplo, cuesta comprender el estado de dejadez en cuanto a la basura que te encuentras por toda la isla ya sea en el interior o en las playas, a comprender su relajación en otros temas frente a nuestro ritmo, a que se puede vivir feliz con muy poco, ya que fueras por donde fueras saludando, siempre te encontrabas una sonrisa y una cara amable. Además, siempre recibes más de lo que das, no hace falta conocer idiomas para conectar, y se puede viajar de otro modo, quizás con menos implicación de la que me hubiese gustado en temas solidarios, pero también es verdad que viajar tan lejos merece el turismo, y se agradece por el aporte de experiencias.

Reyes y sus hijos viajaron junto a Tumaini a Nusa Penida del 6 al 15 de julio de 2018.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Día de la Erradicación de la Pobreza. Viajero, viajera, ¡tu aportación cuenta!

Niño en uno de los proyectos de Kenia.
Niño en uno de los proyectos de Kenia.

La pobreza no es una cuestión de economía, sino una cuestión de derechos humanos. Sus causas son complejas, pero desde Tumaini, estamos convencidas de que, con un poco de voluntad política, conseguir erradicarla es posible. ¿Y qué tiene que ver esto con los viajes? Mucho. ¡Sigue leyendo!

Mujeres a la orilla del Ganges en Varanasi, India.
Mujeres a la orilla del Ganges en Varanasi, India.

La pobreza en cifras

En todo el mundo, más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). ¿Sabías que el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante? En otras palabras: ocho personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad (3.600 millones de personas). La desigualdad es brutal. Y afecta en mayor proporción a muchos países de África, Asia y América Latina.

Viajar genera riqueza. Asegurémonos que llega a la población local.
Viajar genera riqueza. Asegurémonos que llega a la población local.

Contribuir a erradicar la pobreza viajando, ¿es posible?

El turismo es una de las industrias más potentes que existen. Genera empleo y riqueza. ¿Por qué no asegurarnos de que beneficia a las comunidades locales?

En 2017, las llegadas de turistas internacionales aumentaron un 7%. 1.322 millones de personas viajaron ese año, según el último Barómetro OMT del Turismo Mundial. Solo en 2016, estos turistas generaron 1.220.000 millones de dólares. El problema es lo que conocemos por “fuga de ingresos”. Las personas viajeras gastan su dinero en grandes cadenas internacionales, que se quedan con los beneficios. A veces, solo el 10% de todo lo que gastamos en un viaje llega a la comunidad local.

Perú tiene una de las tasas de trabajo infantil más altas de América Latina.
Perú tiene una de las tasas de trabajo infantil más altas de América Latina.

Viajes responsables

Si viajamos de forma más consciente y responsable, podemos lograr grandes cambios. Desde Tumaini, te animamos a que:
  • Duermas en un pequeño alojamiento local en lugar de en un gran hotel o complejo turístico internacional. 
  • Comas en restaurantes familiares, en lugar de en cadenas de comida rápida. 
  • Compres tus regalos en pequeñas tiendas de artesanía. 
  • Hagas tus excursiones en agencias locales. 
  • Te muevas a través de transporte público o privado gestionado por comunidades locales. 

Niño en uno de los proyectos con los que colaboramos en Kenia.
Niño en uno de los proyectos con los que colaboramos en Kenia.

Viajes solidarios

En Tumaini creemos que una forma más solidaria de viajar es posible. Por eso, promovemos los viajes solidarios, donde los viajeros y viajeras hacen voluntariado en pequeñas ONG de países del Sur. A través de estas experiencias, las personas voluntarias apoyan proyectos que tienen como objetivo empoderar a la población local para que encuentre empleo o sea autosuficiente.
  • En McLeod Ganj, India, los voluntarios y voluntarias dan clases de inglés a refugiados tibetanos en una ONG que les ayuda en su inserción laboral. 
  • En Varanasi, también India, apoyamos un proyecto de comercio justo. Mujeres de castas bajas y con pocos ingresos cosen en un taller en condiciones dignas. Mientras, sus hijos juegan y aprenden en una escuelita solidaria.
  • En Camboya, colaboramos con una escuela gratuita de inglés para niños, niñas y jóvenes con pocos recursos. Este idioma es clave para que puedan acceder a puestos de trabajo bien remunerados. 
  • En Kenia, los viajeros y viajeras hacen voluntariado en una ONG que trabaja con niños, niñas y jóvenes sin hogar. Les dan clases de costura, cocina y “housekeeping” para que en el futuro puedan encontrar trabajo. 
  • En Bolivia, un proyecto forma a personas con discapacidad para el empleo: cérámica, reciclaje de papel, costura, informática, repostería. 

Viajero, viajera, tú puedes hacer mucho más de lo que crees para erradicar la pobreza, ¿te unes al reto?

miércoles, 10 de octubre de 2018

Kenia, el país donde ser mujer es de valientes. #DíaInternacionalNiña

Esther junto a otros niños de la ONG con la que colaboramos en Kenia.
Esther junto a otros niños de la ONG con la que colaboramos en Kenia.

Ir al colegio. Ser atendida en el médico. Dar un paseo. Opinar sobre un tema. Suena fácil, ¿verdad? En Kenia si eres niña, estos momentos cotidianos son una carrera de obstáculos. Hoy, Día Internacional de la Niña, te explicamos por qué no es fácil ser niña en Kenia a través de 5 tips... ¡Y te contamos 5 historias de 5 niñas valientes que luchan por cambiar su realidad!

¿Por qué no es fácil ser niña en Kenia?


1 Educación

En Kenia, la educación primaria es gratuita, pero las normas culturales impiden que muchas niñas vayan a la escuela. ¿Por qué? Porque la familia piensa que no es necesario que ellas estudien, o porque el VIH/SIDA ha matado sus padres y madres y ellas tienen que ocuparse de sus hermanos.

Según datos de UNICEF, en Kenia, el 75% de las niñas asistieron a educación primaria de 2008 a 2012. Sin embargo, la tasa cae al 41,6% cuando llegan a secundaria

2 Mutilación genital

La mutilación genital femenina está prohibida en Kenia por ley desde 2011. Pero según la última  encuesta nacional demográfica y sanitaria, prevalece en el 21% de las mujeres de 15 a 49 años y en el 11% de las niñas de 11 a 15 años. Según UNICEF se espera que haya más de 30 millones de niñas afectadas en la próxima década.

Esta terrible práctica deja huellas imborrables en las niñas. Según Amnistía Internacional, las mujeres y niñas sometidas a este tipo de práctica a menudo sufren dolor severo, hemorragias, shock, dificultades para orinar, infecciones y en ocasiones incluso la muerte. Muchas sufren también dolor crónico, dificultades durante el parto, disminución del placer sexual y trastorno de estrés post-traumático.

3 Matrimonio infantil

En Kenia, un 23% de niñas se casan con menos de 18 años. Según la ONG Girls not Brides, una de las causas de esa tasa tan alta es que a menudo las familias ven a las niñas como una fuente de ingresos. Las intercambian por bienes, dinero o ganado. 

4 Falta de libertad

La Constitución keniana tiene varias leyes discriminatorias para las mujeres. Por ejemplo, las mujeres (o niñas) casadas están obligadas a tener la autorización de su marido para poder obtener un carnet de identidad nacional o un pasaporte. Además, las mujeres no pueden recibir herencias o ser dueñas de una propiedad, según la ONG Kubuka.

5 Explotación sexual

En algunas zonas costeras, más del 30% de las adolescentes ofrecen ocasionalmente sexo a cambio de dinero. Esta industria de sexo infantil podría involucrar a entre 10.000 y 15.000 chicas en las áreas costeras de Malindi, Mombasa, Kalifi y Diani. 
Además, entre 2.000 y 3.000 chicas trabajan de forma estable en la industria del sexo. Cerca de la mitad de ellas comenzaron cuando apenas tenían 12 o 13 años de edad. Son datos de UNICEF


5 valientes luchan por un futuro mejor

Ahora, damos voz a las verdaderas protagonistas de este post: las niñas que acuden a diario a las ONG con las que colaboramos en Kenia para luchar por un futuro mejor. Hemos pedido a los voluntarios y voluntarias que han colaborado con esos proyectos que nos cuenten algunas de sus historias. ¡Su valentía nos da fuerzas para seguir trabajando por ellas! 

Angel, 9 meses, Ngong Hills
Angel, 9 meses, Ngong Hills

1 Angel, 9 meses, Ngong Hills

“Es hija de una menor (de 12 años). La había entregado en un hospital y el proyecto la acogió para darle un hogar, asistencia y educación. Nos alegraba con esa sonrisa”.

Mónica hizo voluntariado con sus hijos en el centro de acogida para niñas de Ngong Hills del 30 de julio al 15 de agosto.

Sophia junto a su hermano en el proyecto
Sophia junto a su hermano en el proyecto.

2 Sophia, 12 años, Mombasa

“Sophia es tímida, no le gusta ser el centro de atención, siempre en un segundo plano, aunque se ve la bondad en su cara. Tiene cuatro hermanos. Vive con uno de ellos, Juma, mucho más pequeño que ella, en el centro con el que colaboramos en Malindi. Aunque su madre vive y les adora, Sophia y Juma tuvieron que vivir en la calle por falta de recursos”.

Mónica Pardo hizo voluntariado en el centro de acogida para niños y niñas de la calle del 27 de junio al 3 de septiembre. 

Frida en el centro de acogida de Ngong Hills
Frida en el centro de acogida de Ngong Hills

3 Frida, 9 años, Ngong Hills

“Es de las más pequeñas del centro, pero le sobra sensatez, tranquilidad y ganas de ayudar. Nunca pone una mala cara. Supera los golpes que le ha dado la vida con una madurez impropia para su edad. Un cielo de niña”.

Carlos Rodrigo colaboró en el centro de acogida para niñas en Ngong Hills del 7 al 20 de agosto de 2018. 

Esther en el proyecto de Mombassa
Esther en el proyecto de Mombasa


4 Esther, 18 años, Mombasa

“Lleva 14 años en el proyecto con el que colabora Tumaini, desde los 4 años hasta los 18 que tiene ahora. Me contó que le encanta escribir poemas y me enseñó su libreta, donde tiene escritos muchos de ellos. Algunos son sobre la etapa colonial de Kenia, sobre la libertad del país en época de guerra, las elecciones... ¡Incluso nos hizo uno llamado "Thank you" a los voluntarios y voluntarias antes de irnos! Quiere ir a la Universidad y estudiar Literatura”.

Eva Vilachá colaboró con el centro de acogida para niños y niñas de la calle del 5 al 21 de agosto de 2018. 

Lea en el proyecto de Ngong Hills
Lea en el proyecto de Ngong Hills.

5 Lea, 18 años, Ngong Hills

“Casi siempre sonriendo, a veces melancólica y tímida por momentos. Estar con sus amigas le da vida. Cuando menos te lo esperas, a las 7 de la mañana, ¡las ves bailando y cantando! Está estudiando último curso del colegio, y tiene clarísimo que quiere ser una periodista creíble (no confía en muchas de las cosas que se escriben). Piensa trabajar en Mombasa o en UK, ¡por que no!”

Carlos Rodrigo colaboró en el centro de acogida para niñas en Ngong Hills del 7 al 20 de agosto de 2018. 

miércoles, 3 de octubre de 2018

Patricia en Nepal: “la experiencia ha sido inmejorable, ¡todo lo que he vivido ha sido bueno!”

Patricia en el proyecto de Katmandú
Patricia en el proyecto de Katmandú.

“Divertidos, cariñosos, bondadosos, agradecidos, responsables…” A Patricia le faltan adjetivos para definir a los jóvenes de la ONG de Katmandú con la que colaboró durante el mes de julio. Su interés por el budismo le llevó hasta este proyecto y ahora todavía se siente “un poco como si estuviera allí”.

¿Qué te atrajo del viaje solidario a Nepal y del proyecto?

Me apetecía mucho hacer un voluntariado con niñxs. Además, llevo tiempo leyendo sobre budismo y me atraía mucho ir a un país con una gran comunidad budista. Cuando leí que el proyecto trabajaba con niños y niñas de origen tibetano provenientes de una aldea remota sin acceso a casi nada, ¡me decidí a colaborar! También conocí a dos voluntarias que estuvieron el año pasado y me hablaron súper bien de la experiencia. Eso me terminó de convencer.

Con los jóvenes del proyecto, de varias edades.
Con los jóvenes del proyecto, de varias edades.

¿Tenías dudas o miedos antes de decidirte a participar en este viaje solidario? ¿Cómo los superaste?

Tenía la incertidumbre de no saber la realidad que me iba a encontrar, y no sabía  cómo me iban a aceptar los y las jóvenes del proyecto. Pero una vez allí todo fue fluyendo y poco a poco fuimos cogiendo confianza. Al final esta experiencia algo inolvidable para mi.

¿Cómo son los niños/as y jóvenes de la ONG? 

¡Son geniales! Divertidos, cariñosos, bondadosos, agradecidos y se cuidan mucho entre ellos. Además tratan a los voluntarios y voluntarias con una gran bondad y respeto. Son muy responsables con sus tareas, de la casa y del colegio. ¡Me faltarían 1000 adjetivos más para definirlos!

Los niños, niñas y jóvenes del proyecto son divertidos, cariñosos y responsables.
Los niños, niñas y jóvenes del proyecto son divertidos, cariñosos y responsables.

¿Qué actividades hiciste como voluntaria?

La actividades diarias eran intercambio español-nepalí o español-tibetano, y apoyo con los deberes del cole (menos mal que los voluntarios con los que compartí experiencia controlaban mates, ¡que yo las tenía olvidadas!). Había días que si no había muchos deberes salíamos a jugar al fútbol, el pañuelo, o cualquier juego que se nos ocurriese.
En el tiempo que yo estuve hicimos dos excursiones, una a una cascada y otra al templo de los monos, y ambas fueron muy divertidas. Además, había días que los acompañaba al cole por la mañana.

¿Nos cuentas alguna anécdota? 

Un día le enseñé a Jigme el vídeo de una prima mía a la que le falta el brazo también (ella me envió varios videos de su vida cotidiana para intentar ayudar a Jigme con las cosas que le resultan más complicadas en el día a día). Se acercaron sus amigos para ver que veíamos en el móvil  y él dijo “mirad, el mío es mas grande”.

¡Excursión con los chavales de la ONG en fin de semana!
¡Excursión con los chavales de la ONG en fin de semana!

Dicen de este proyecto que personas voluntarias, chavales y coordinadores son como una gran familia, ¿es cierto?

Son una gran familia que acoge a los voluntarios y voluntarias como un miembro más. Esto se consigue desde el respeto y siguiendo las pautas y forma de actuar de la coordinadora. Ellos respetan y admiran a Nyima que es una super-mami que los ayuda y enseña cada día.

¿Conociste gente interesante durante tu viaje?

He compartido la experiencia con otros dos voluntarios y la verdad es que congeniamos genial, ¡fue divertido y enriquecedor estar con ellos! Además, durante el viaje he conocido mucha gente interesante, con algunos sigo en contacto. En Katmandú conocí a dos lamas de una Gompa (una mezcla de fortificación y centro religioso) en Boudha y pasaba bastante tiempo hablando con ellos. Uno de ellos me envía fotos y vídeos de Boudha con frecuencia y me hace sentir un poco como si estuviera allí.

Personas voluntarias, coordinadores y niños y niñas son una gran familia
Personas voluntarias, coordinadores y niños y niñas son una gran familia.

¿Aprovechaste para viajar por Nepal, ¿qué sitios visitaste? ¿Qué ruta recomendarías a una persona que va a ir al proyecto? 

En Kathmandu y alrededores:
    • Cerca de la casa del proyecto, se puede ir andando y hacer una ruta para ver estos tres lugares, es una ruta fácil y se puede hacer en una mañana sin problema
        ◦ Monasterio de Kopan: aquí dan clases de meditación y budismo por las mañanas, normalmente
        ◦ Amithaba
        ◦ Pullahari Gompa
    • Boudha: este lugar nadie se lo debe perder, y si vas por las mañanas pueden entrar en las gompas que hay donde los monjes están rezando o realizando puyas (ofrendas). Sin lugar a dudas, es la zona donde mas horas he pasado.
    • Durbar Square de Katmandú
    • Jardín de los sueños.
    • Templo de los monos: Swayambu.
    • Pashupatinath (hindú).
    • Patan.
    • Bhaktapur.
    • Nagarkot.
    • Pharping.

Más allá de Katmandú:
    • Pokhara: ideal para hacer trek, o retiros de yoga y meditación.
    • Lumbini: visitad el lugar donde nació buda y todos los monasterios que lo rodean.
    • Bandipur: una ciudad muy pequeña con vistas del Himalaya impresionantes.
    • Gorkha: visitar el palacio de Gorkha Durbar es un lugar de peregrinación hindú de arquitectura Newar.

La acogida y confianza de los y las jóvenes fue lo mejor del viaje solidario de Patricia.

¿Qué te ha gustado más de la experiencia?

Todo el cariño que he recibido, las sonrisas que te regalan desde por la mañana. Que te saluden con un "buenos días" o te despidan con un "buenas noches". Que quieran darte mas comida a ti por ser voluntario. ¡Quieren tratarnos súper bien! Además, cuando te regalan canciones o bailes es muy emocionante.

Patricia colaboró a través de Tumaini con el proyecto de Katmandú del 1 al 31 de julio de 2018.