martes, 30 de octubre de 2018

Voluntariado en familia en Indonesia: “¡ha sido genial como madre, compañera, viajera y voluntaria!

Reyes y sus hijos en el proyecto de Nusa Penida.
Reyes y sus hijos en el proyecto de Nusa Penida

Este verano, Reyes viajó con sus dos hijos de 21 y 22 años a Indonesia. Colaboraron en en un proyecto cuyo objetivo es recuperar y proteger el entorno natural de la isla de Nusa Penida. La experiencia le ha servido para “ir sembrando una semilla solidaria” en sus hijos y para conocerse mejor, compartir experiencias increíbles y hacer amistades inolvidables.

Ha sido el primer viaje a un sitio lejano que realizáis en familia. ¿Cómo surgió la idea?

Por mi inquietud de seguir poniendo granitos de arena para mejorar el mundo. También quería ir sembrando esta idea en mis hijos.

Reyes, sus hijos, otras personas voluntarias y gente del proyecto en Nusa Penida.
Reyes, sus hijos, otras personas voluntarias y gente del proyecto en Nusa Penida.

¿Creéis que un viaje solidario es una buena experiencia para vivir en familia? 

A mí me lo ha parecido, ¡por un montón de cosas! En general, nos hemos conocido a nosotros mismos en circunstancias muy diferentes a las habituales. Como madre, me da la satisfacción de seguir sembrando en la formación de dos personas que pueden continuar el testigo. Como compañera, porque nos ha brindado la oportunidad de disfrutar juntos y estrechar lazos. Como viajera, porque ha sido fantástico conocer otra cultura y otros paisajes humanos y geográficos y ampliar relaciones con otras personas voluntarias, ¡hemos dejado amigos de distintos lugares y lo hemos hecho los tres juntos! Serán amigos comunes unidos por una experiencia bonita. Y como voluntaria, porque cuando se da, por poquito que sea,  en compañía de los tuyos, te parece que se hace con más fuerza.

Durante el viaje también pudieron hacer excursiones con otros voluntarios y voluntarias
Durante el viaje también pudieron hacer excursiones con otros voluntarios y voluntarias.

¿Cómo era un día en el proyecto?

A las siete en punto comenzábamos la reunión de voluntarios y voluntarias. Nuestro coordinador, Cucu, un chico entrañable, nos contaba cuál era la actividad propuesta para el día. Podía ser: monitorizar una especie de ave en extinción llamada Bali Starling, es decir, avistar la afluencia de estas aves en nidos colocados en diferentes zonas; limpiar de maleza zonas ajardinadas del proyecto; trasplantar esquejes o buscar una determinada especie de planta de té por la jungla en los alrededores del proyecto para luego plantarla para su cultivo.

Tras el desayuno, ¡excursión! Alquilamos un par de motitos que nos permitían desplazarnos con cierta autonomía, aunque no sin cierto riesgo, sobre todo el camino desde el proyecto hasta bajar a la zona de carretera, ya más o menos asfaltada. El primer dia fuimos solos, pero ya el resto organizábamos las excursiones con los otros voluntarios y voluntarias. Ni qué decir tiene la belleza de la naturaleza de la isla.

El almuerzo, solíamos hacerlo en el lugar de la excursión del día, para incorporarnos de nuevo ya sobre las tres o las cuatro a la segunda actividad, ¡que también variaba! En un par de ocasiones, fuimos a colegios para dar clases de inglés a niños y niñas. Otras veces, recogimos basura de una playa o incluso visitamos una cueva impresionante, aunque cuajada de murciélagos, ¡jajaja!

Ya de vuelta de la actividad, teníamos el tiempo para descanso y una ducha y antes de las siete, la cena, que solíamos hacer allí todos juntos, con sobremesa de charla e incluso algo de guitarra o partida de cartas. Algún día nos aventuramos a bajar después de cenar (allí oscurece a las seis y media) a un bar cercano para escuchar música en directo, incluso con alguna participación por nuestra parte :) Y, por supuesto, allí conocíamos a gente local.

Las clases con los niños y niñas fueron las experiencias más gratificantes.
Las clases con los niños y niñas fueron las experiencias más gratificantes.

¿Nos puedes contar alguna anécdota especial de tu viaje solidario? 

¡El susto que me llevé la primera vez que escuché un gecko (y fue de noche)! No sabéis qué especie de bicho pude imaginar que emitía aquellos sonidos, y cuál no fue mi sorpresa cuando me dijeron que era un lagartito como nuestras salamanquesas, que además se comía a los mosquitos… ¡al final eran bienvenidos y todo!

Y lo más gratificante, al menos para mi, los niños y niñas en el cole, ¡la fiesta que era para ellos tenernos allí!

¿Qué tal tu relación con las personas del proyecto?

Cucu, el coordinador, ¡era genial! ¡Se prestaba a todas nuestras bromas! Congeniamos tanto con él y con las chicas encargadas de la cocina, Asti y Ekha, que sin apenas hablar inglés nos partíamos de risa y acabamos compartiendo, y conociendo un poco de sus vidas.

Las tareas de voluntariado eran muy variadas.
Las tareas de voluntariado eran muy variadas.

En el proyecto, ¿trabajabais todos y todas juntos? 

Generalmente sí aunque, a veces, nos dividían en pequeños grupos. Por ejemplo, para abarcar todos los puntos de nidos de pájaros, o en las clases de inglés según el nivel.

¿Qué es lo que más y menos te ha gustado de tu experiencia? 

Lo que más, y en resumen de todo lo vivido, compartirla con mis hijos. Lo que menos, a veces sentir impotencia ante la situación. Por ejemplo, con la basura, te entraban ganas de contratar un camión o algo asi, con una pala, y quedarte allí a organizar un servicio.

El paisaje de Nusa Penida es espectacular. 

¿Qué habéis aprendido? 

A tolerar otras culturas, intentando no emitir juicios. Por ejemplo, cuesta comprender el estado de dejadez en cuanto a la basura que te encuentras por toda la isla ya sea en el interior o en las playas, a comprender su relajación en otros temas frente a nuestro ritmo, a que se puede vivir feliz con muy poco, ya que fueras por donde fueras saludando, siempre te encontrabas una sonrisa y una cara amable. Además, siempre recibes más de lo que das, no hace falta conocer idiomas para conectar, y se puede viajar de otro modo, quizás con menos implicación de la que me hubiese gustado en temas solidarios, pero también es verdad que viajar tan lejos merece el turismo, y se agradece por el aporte de experiencias.

Reyes y sus hijos viajaron junto a Tumaini a Nusa Penida del 6 al 15 de julio de 2018.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Día de la Erradicación de la Pobreza. Viajero, viajera, ¡tu aportación cuenta!

Niño en uno de los proyectos de Kenia.
Niño en uno de los proyectos de Kenia.

La pobreza no es una cuestión de economía, sino una cuestión de derechos humanos. Sus causas son complejas, pero desde Tumaini, estamos convencidas de que, con un poco de voluntad política, conseguir erradicarla es posible. ¿Y qué tiene que ver esto con los viajes? Mucho. ¡Sigue leyendo!

Mujeres a la orilla del Ganges en Varanasi, India.
Mujeres a la orilla del Ganges en Varanasi, India.

La pobreza en cifras

En todo el mundo, más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). ¿Sabías que el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante? En otras palabras: ocho personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad (3.600 millones de personas). La desigualdad es brutal. Y afecta en mayor proporción a muchos países de África, Asia y América Latina.

Viajar genera riqueza. Asegurémonos que llega a la población local.
Viajar genera riqueza. Asegurémonos que llega a la población local.

Contribuir a erradicar la pobreza viajando, ¿es posible?

El turismo es una de las industrias más potentes que existen. Genera empleo y riqueza. ¿Por qué no asegurarnos de que beneficia a las comunidades locales?

En 2017, las llegadas de turistas internacionales aumentaron un 7%. 1.322 millones de personas viajaron ese año, según el último Barómetro OMT del Turismo Mundial. Solo en 2016, estos turistas generaron 1.220.000 millones de dólares. El problema es lo que conocemos por “fuga de ingresos”. Las personas viajeras gastan su dinero en grandes cadenas internacionales, que se quedan con los beneficios. A veces, solo el 10% de todo lo que gastamos en un viaje llega a la comunidad local.

Perú tiene una de las tasas de trabajo infantil más altas de América Latina.
Perú tiene una de las tasas de trabajo infantil más altas de América Latina.

Viajes responsables

Si viajamos de forma más consciente y responsable, podemos lograr grandes cambios. Desde Tumaini, te animamos a que:
  • Duermas en un pequeño alojamiento local en lugar de en un gran hotel o complejo turístico internacional. 
  • Comas en restaurantes familiares, en lugar de en cadenas de comida rápida. 
  • Compres tus regalos en pequeñas tiendas de artesanía. 
  • Hagas tus excursiones en agencias locales. 
  • Te muevas a través de transporte público o privado gestionado por comunidades locales. 

Niño en uno de los proyectos con los que colaboramos en Kenia.
Niño en uno de los proyectos con los que colaboramos en Kenia.

Viajes solidarios

En Tumaini creemos que una forma más solidaria de viajar es posible. Por eso, promovemos los viajes solidarios, donde los viajeros y viajeras hacen voluntariado en pequeñas ONG de países del Sur. A través de estas experiencias, las personas voluntarias apoyan proyectos que tienen como objetivo empoderar a la población local para que encuentre empleo o sea autosuficiente.
  • En McLeod Ganj, India, los voluntarios y voluntarias dan clases de inglés a refugiados tibetanos en una ONG que les ayuda en su inserción laboral. 
  • En Varanasi, también India, apoyamos un proyecto de comercio justo. Mujeres de castas bajas y con pocos ingresos cosen en un taller en condiciones dignas. Mientras, sus hijos juegan y aprenden en una escuelita solidaria.
  • En Camboya, colaboramos con una escuela gratuita de inglés para niños, niñas y jóvenes con pocos recursos. Este idioma es clave para que puedan acceder a puestos de trabajo bien remunerados. 
  • En Kenia, los viajeros y viajeras hacen voluntariado en una ONG que trabaja con niños, niñas y jóvenes sin hogar. Les dan clases de costura, cocina y “housekeeping” para que en el futuro puedan encontrar trabajo. 
  • En Bolivia, un proyecto forma a personas con discapacidad para el empleo: cérámica, reciclaje de papel, costura, informática, repostería. 

Viajero, viajera, tú puedes hacer mucho más de lo que crees para erradicar la pobreza, ¿te unes al reto?

miércoles, 10 de octubre de 2018

Kenia, el país donde ser mujer es de valientes. #DíaInternacionalNiña

Esther junto a otros niños de la ONG con la que colaboramos en Kenia.
Esther junto a otros niños de la ONG con la que colaboramos en Kenia.

Ir al colegio. Ser atendida en el médico. Dar un paseo. Opinar sobre un tema. Suena fácil, ¿verdad? En Kenia si eres niña, estos momentos cotidianos son una carrera de obstáculos. Hoy, Día Internacional de la Niña, te explicamos por qué no es fácil ser niña en Kenia a través de 5 tips... ¡Y te contamos 5 historias de 5 niñas valientes que luchan por cambiar su realidad!

¿Por qué no es fácil ser niña en Kenia?


1 Educación

En Kenia, la educación primaria es gratuita, pero las normas culturales impiden que muchas niñas vayan a la escuela. ¿Por qué? Porque la familia piensa que no es necesario que ellas estudien, o porque el VIH/SIDA ha matado sus padres y madres y ellas tienen que ocuparse de sus hermanos.

Según datos de UNICEF, en Kenia, el 75% de las niñas asistieron a educación primaria de 2008 a 2012. Sin embargo, la tasa cae al 41,6% cuando llegan a secundaria

2 Mutilación genital

La mutilación genital femenina está prohibida en Kenia por ley desde 2011. Pero según la última  encuesta nacional demográfica y sanitaria, prevalece en el 21% de las mujeres de 15 a 49 años y en el 11% de las niñas de 11 a 15 años. Según UNICEF se espera que haya más de 30 millones de niñas afectadas en la próxima década.

Esta terrible práctica deja huellas imborrables en las niñas. Según Amnistía Internacional, las mujeres y niñas sometidas a este tipo de práctica a menudo sufren dolor severo, hemorragias, shock, dificultades para orinar, infecciones y en ocasiones incluso la muerte. Muchas sufren también dolor crónico, dificultades durante el parto, disminución del placer sexual y trastorno de estrés post-traumático.

3 Matrimonio infantil

En Kenia, un 23% de niñas se casan con menos de 18 años. Según la ONG Girls not Brides, una de las causas de esa tasa tan alta es que a menudo las familias ven a las niñas como una fuente de ingresos. Las intercambian por bienes, dinero o ganado. 

4 Falta de libertad

La Constitución keniana tiene varias leyes discriminatorias para las mujeres. Por ejemplo, las mujeres (o niñas) casadas están obligadas a tener la autorización de su marido para poder obtener un carnet de identidad nacional o un pasaporte. Además, las mujeres no pueden recibir herencias o ser dueñas de una propiedad, según la ONG Kubuka.

5 Explotación sexual

En algunas zonas costeras, más del 30% de las adolescentes ofrecen ocasionalmente sexo a cambio de dinero. Esta industria de sexo infantil podría involucrar a entre 10.000 y 15.000 chicas en las áreas costeras de Malindi, Mombasa, Kalifi y Diani. 
Además, entre 2.000 y 3.000 chicas trabajan de forma estable en la industria del sexo. Cerca de la mitad de ellas comenzaron cuando apenas tenían 12 o 13 años de edad. Son datos de UNICEF


5 valientes luchan por un futuro mejor

Ahora, damos voz a las verdaderas protagonistas de este post: las niñas que acuden a diario a las ONG con las que colaboramos en Kenia para luchar por un futuro mejor. Hemos pedido a los voluntarios y voluntarias que han colaborado con esos proyectos que nos cuenten algunas de sus historias. ¡Su valentía nos da fuerzas para seguir trabajando por ellas! 

Angel, 9 meses, Ngong Hills
Angel, 9 meses, Ngong Hills

1 Angel, 9 meses, Ngong Hills

“Es hija de una menor (de 12 años). La había entregado en un hospital y el proyecto la acogió para darle un hogar, asistencia y educación. Nos alegraba con esa sonrisa”.

Mónica hizo voluntariado con sus hijos en el centro de acogida para niñas de Ngong Hills del 30 de julio al 15 de agosto.

Sophia junto a su hermano en el proyecto
Sophia junto a su hermano en el proyecto.

2 Sophia, 12 años, Mombasa

“Sophia es tímida, no le gusta ser el centro de atención, siempre en un segundo plano, aunque se ve la bondad en su cara. Tiene cuatro hermanos. Vive con uno de ellos, Juma, mucho más pequeño que ella, en el centro con el que colaboramos en Malindi. Aunque su madre vive y les adora, Sophia y Juma tuvieron que vivir en la calle por falta de recursos”.

Mónica Pardo hizo voluntariado en el centro de acogida para niños y niñas de la calle del 27 de junio al 3 de septiembre. 

Frida en el centro de acogida de Ngong Hills
Frida en el centro de acogida de Ngong Hills

3 Frida, 9 años, Ngong Hills

“Es de las más pequeñas del centro, pero le sobra sensatez, tranquilidad y ganas de ayudar. Nunca pone una mala cara. Supera los golpes que le ha dado la vida con una madurez impropia para su edad. Un cielo de niña”.

Carlos Rodrigo colaboró en el centro de acogida para niñas en Ngong Hills del 7 al 20 de agosto de 2018. 

Esther en el proyecto de Mombassa
Esther en el proyecto de Mombasa


4 Esther, 18 años, Mombasa

“Lleva 14 años en el proyecto con el que colabora Tumaini, desde los 4 años hasta los 18 que tiene ahora. Me contó que le encanta escribir poemas y me enseñó su libreta, donde tiene escritos muchos de ellos. Algunos son sobre la etapa colonial de Kenia, sobre la libertad del país en época de guerra, las elecciones... ¡Incluso nos hizo uno llamado "Thank you" a los voluntarios y voluntarias antes de irnos! Quiere ir a la Universidad y estudiar Literatura”.

Eva Vilachá colaboró con el centro de acogida para niños y niñas de la calle del 5 al 21 de agosto de 2018. 

Lea en el proyecto de Ngong Hills
Lea en el proyecto de Ngong Hills.

5 Lea, 18 años, Ngong Hills

“Casi siempre sonriendo, a veces melancólica y tímida por momentos. Estar con sus amigas le da vida. Cuando menos te lo esperas, a las 7 de la mañana, ¡las ves bailando y cantando! Está estudiando último curso del colegio, y tiene clarísimo que quiere ser una periodista creíble (no confía en muchas de las cosas que se escriben). Piensa trabajar en Mombasa o en UK, ¡por que no!”

Carlos Rodrigo colaboró en el centro de acogida para niñas en Ngong Hills del 7 al 20 de agosto de 2018. 

miércoles, 3 de octubre de 2018

Patricia en Nepal: “la experiencia ha sido inmejorable, ¡todo lo que he vivido ha sido bueno!”

Patricia en el proyecto de Katmandú
Patricia en el proyecto de Katmandú.

“Divertidos, cariñosos, bondadosos, agradecidos, responsables…” A Patricia le faltan adjetivos para definir a los jóvenes de la ONG de Katmandú con la que colaboró durante el mes de julio. Su interés por el budismo le llevó hasta este proyecto y ahora todavía se siente “un poco como si estuviera allí”.

¿Qué te atrajo del viaje solidario a Nepal y del proyecto?

Me apetecía mucho hacer un voluntariado con niñxs. Además, llevo tiempo leyendo sobre budismo y me atraía mucho ir a un país con una gran comunidad budista. Cuando leí que el proyecto trabajaba con niños y niñas de origen tibetano provenientes de una aldea remota sin acceso a casi nada, ¡me decidí a colaborar! También conocí a dos voluntarias que estuvieron el año pasado y me hablaron súper bien de la experiencia. Eso me terminó de convencer.

Con los jóvenes del proyecto, de varias edades.
Con los jóvenes del proyecto, de varias edades.

¿Tenías dudas o miedos antes de decidirte a participar en este viaje solidario? ¿Cómo los superaste?

Tenía la incertidumbre de no saber la realidad que me iba a encontrar, y no sabía  cómo me iban a aceptar los y las jóvenes del proyecto. Pero una vez allí todo fue fluyendo y poco a poco fuimos cogiendo confianza. Al final esta experiencia algo inolvidable para mi.

¿Cómo son los niños/as y jóvenes de la ONG? 

¡Son geniales! Divertidos, cariñosos, bondadosos, agradecidos y se cuidan mucho entre ellos. Además tratan a los voluntarios y voluntarias con una gran bondad y respeto. Son muy responsables con sus tareas, de la casa y del colegio. ¡Me faltarían 1000 adjetivos más para definirlos!

Los niños, niñas y jóvenes del proyecto son divertidos, cariñosos y responsables.
Los niños, niñas y jóvenes del proyecto son divertidos, cariñosos y responsables.

¿Qué actividades hiciste como voluntaria?

La actividades diarias eran intercambio español-nepalí o español-tibetano, y apoyo con los deberes del cole (menos mal que los voluntarios con los que compartí experiencia controlaban mates, ¡que yo las tenía olvidadas!). Había días que si no había muchos deberes salíamos a jugar al fútbol, el pañuelo, o cualquier juego que se nos ocurriese.
En el tiempo que yo estuve hicimos dos excursiones, una a una cascada y otra al templo de los monos, y ambas fueron muy divertidas. Además, había días que los acompañaba al cole por la mañana.

¿Nos cuentas alguna anécdota? 

Un día le enseñé a Jigme el vídeo de una prima mía a la que le falta el brazo también (ella me envió varios videos de su vida cotidiana para intentar ayudar a Jigme con las cosas que le resultan más complicadas en el día a día). Se acercaron sus amigos para ver que veíamos en el móvil  y él dijo “mirad, el mío es mas grande”.

¡Excursión con los chavales de la ONG en fin de semana!
¡Excursión con los chavales de la ONG en fin de semana!

Dicen de este proyecto que personas voluntarias, chavales y coordinadores son como una gran familia, ¿es cierto?

Son una gran familia que acoge a los voluntarios y voluntarias como un miembro más. Esto se consigue desde el respeto y siguiendo las pautas y forma de actuar de la coordinadora. Ellos respetan y admiran a Nyima que es una super-mami que los ayuda y enseña cada día.

¿Conociste gente interesante durante tu viaje?

He compartido la experiencia con otros dos voluntarios y la verdad es que congeniamos genial, ¡fue divertido y enriquecedor estar con ellos! Además, durante el viaje he conocido mucha gente interesante, con algunos sigo en contacto. En Katmandú conocí a dos lamas de una Gompa (una mezcla de fortificación y centro religioso) en Boudha y pasaba bastante tiempo hablando con ellos. Uno de ellos me envía fotos y vídeos de Boudha con frecuencia y me hace sentir un poco como si estuviera allí.

Personas voluntarias, coordinadores y niños y niñas son una gran familia
Personas voluntarias, coordinadores y niños y niñas son una gran familia.

¿Aprovechaste para viajar por Nepal, ¿qué sitios visitaste? ¿Qué ruta recomendarías a una persona que va a ir al proyecto? 

En Kathmandu y alrededores:
    • Cerca de la casa del proyecto, se puede ir andando y hacer una ruta para ver estos tres lugares, es una ruta fácil y se puede hacer en una mañana sin problema
        ◦ Monasterio de Kopan: aquí dan clases de meditación y budismo por las mañanas, normalmente
        ◦ Amithaba
        ◦ Pullahari Gompa
    • Boudha: este lugar nadie se lo debe perder, y si vas por las mañanas pueden entrar en las gompas que hay donde los monjes están rezando o realizando puyas (ofrendas). Sin lugar a dudas, es la zona donde mas horas he pasado.
    • Durbar Square de Katmandú
    • Jardín de los sueños.
    • Templo de los monos: Swayambu.
    • Pashupatinath (hindú).
    • Patan.
    • Bhaktapur.
    • Nagarkot.
    • Pharping.

Más allá de Katmandú:
    • Pokhara: ideal para hacer trek, o retiros de yoga y meditación.
    • Lumbini: visitad el lugar donde nació buda y todos los monasterios que lo rodean.
    • Bandipur: una ciudad muy pequeña con vistas del Himalaya impresionantes.
    • Gorkha: visitar el palacio de Gorkha Durbar es un lugar de peregrinación hindú de arquitectura Newar.

La acogida y confianza de los y las jóvenes fue lo mejor del viaje solidario de Patricia.

¿Qué te ha gustado más de la experiencia?

Todo el cariño que he recibido, las sonrisas que te regalan desde por la mañana. Que te saluden con un "buenos días" o te despidan con un "buenas noches". Que quieran darte mas comida a ti por ser voluntario. ¡Quieren tratarnos súper bien! Además, cuando te regalan canciones o bailes es muy emocionante.

Patricia colaboró a través de Tumaini con el proyecto de Katmandú del 1 al 31 de julio de 2018.