viernes, 26 de abril de 2019

Mercè en Bolivia: “Estos viajes te vuelven a situar en la realidad”

Mercè en el proyecto de Bolivia junto a jóvenes con discapacidad. 

Muchas personas creen que los viajes solidarios son cosas “de jóvenes”. O que hacer voluntariado con niños y niñas con discapacidad “es demasiado duro”. Mercè tuvo el valor, las ganas y la solidaridad de plantar cara a esos obstáculos. A sus 55 años, colaboró a través de Tumaini con el Centro de Terapias Integrales para niños y niñas con discapaciad en Bolivia. ¿Su valoración? “Estos viajes te vuelven a situar en la realidad”. ¡No te pierdas su entrevista!

¿Por qué quisiste hacer un viaje de este tipo? 

Ha habido muchos cambios en mi vida. Perdí a mi hermana que se dedicaba en cuerpo y alma a los niños y niñas con discapacidad, y creo que inconscientemente fue una manera de estar cerca de ella.

¿Hubo algo que te sorprendiera en el proyecto?

La poca ayuda que reciben y lo unidos que están con los niños y niñas. Se respira muy buen rollo, aunque el trabajo que hacen no les permite bajar la guardia.

Durante el taller de Mercè en el proyecto de Bolivia. 

¿Qué discapacidad tenían los niños y niñas con los que colaboraste?

Todos tenían discapacidad intelectual: síndrome de down, autismo, etc.

¿Qué relación tuviste con los coordinadores/as y demás personas del proyecto?

La gente fue muy cariñosa conmigo. ¡Por lo visto yo les transmitía mucha alegría y energía! La suerte es que el primer y último día coincidieron con días festivos: una competición de bandas de música escolares y el día del estudiante. Ese último día, aprovecharon para hacerme una pequeña despedida. Los niños me regalaron un mantelito y una postal hecha por ellos y creo que jamás he recibido tantos besos y abrazos en un trabajo, ¡incluso las mamás de otras clases se acercaban! Fue todo muy emotivo.

La directora del centro es una mujer muy especial. ¡En cuanto la conocí me adoptó! Me daba la impresión que siempre había estado con ellos, tengo un recuerdo maravilloso.

Además, como llegaba muy pronto al centro para evitar los atascos, era casi la primera en llegar y me hice amiga de la señora de la limpieza, que se despidió de mí con un “te voy a extrañar arto” :) Me comía a besos y abrazos, ¡fue muy entrañable!
La acogida de los/as jóvenes fue muy cariñosa. 


¿Crees que los niños y niñas se alegran de tener voluntarios en el centro?

Yo creo que si, a mí me recibieron de maravilla y en mi clase había dos que cada mañana me traían flores, les hacia mucha gracia que me las pusiera en el pelo y tenía que calcular bien al lado de quien me sentaba porque era un jaleo: ¡todos querían que estuviera a su lado! 

Cuando terminaba la clase cada día preguntaban “¿mañana estarás con nosotros?”. Y cuando les decía que sí era un alboroto.

¿Nos cuentas algún recuerdo que tengas de los niños y niñas?

Había un niño que hablaba muy flojo (era autista) y cuando fue capaz de hacer la primera bola de cartón para el collar se puso muy contento y me besó la cabeza. Por lo visto, eso lo hacía cuando estaba feliz, ¡recibí muchos besos de Mauricio que así se llamaba!

Realizaste un taller, ¿en qué consistió?

Lo propuse yo, llevé un collar hecho con cartón y tela. Vi en la web del proyecto que solían hacer talleres de papel reciclado y costura. Les propuse unir los dos talleres, ¡los collares fueron un éxito!

¿Qué ha supuesto este viaje para tí? ¿Qué has aprendido?

Ya tenemos una edad y las he pasado de muchos colores, pero estos viajes te vuelven a situar en la realidad. Bolivia es un país duro si todo te va bien. ¡Si además tienes una criatura con problemas ya ni te cuento! Estos niños tienen la suerte de haber caído en un proyecto como ese, con unos profesores que les dan a parte de educación mucho cariño y amor.

El fin de semana que pude hacer un poco de turismo fui a Sucre, Potosí y a Uyuni. Potosí me dejó marcada, tuve la oportunidad de hablar con una señora que trabaja de “pallina” en las minas… y vive una realidad tremenda. Era viuda y tenía a su hija que trabajaba guardando la mina, con varios niños pequeños y también viuda. ¡Tremendo!

¿Crees que se necesita una formación especial para colaborar en esta ONG?

Siempre y en cualquier circunstancia a más formación mejor porque hay muchos niños con diferentes grados. Yo no podría haber estado en otras clases precisamente por falta de formación, pero...  a mí me pusieron en el taller y yo estaba como pez en el agua, muy segura y con muchas ganas. La profesora fue muy amable conmigo y me lo puso todo muy fácil, creo que lo realmente importante era poder entenderme con ellos, que me cogieran confianza y ganármelos y eso a mi se me da de maravilla.

Mercè colaboró con el proyecto de Bolivia del 9 al 21 septiembre 2018.

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