lunes, 25 de febrero de 2019

Josu en Iquitos: ¡no podría elegir un solo recuerdo!

Josu con los niños y niñas de Iquitos
Josu con los niños y niñas de Iquitos

¿Te imaginas hacer un voluntariado en un pueblo de la selva peruana? ¿Convivir con los lugareños/as como uno más? ¿Adaptarte a la vida sin luz, agua ni WIFI? Josu pasó un mes en esta escuelita para niños y niñas sin recursos, y lo único que no le gustó fue… ¡no poder quedarse más tiempo!

¿Cómo era tu día a día en el proyecto de Iquitos?

A las 3 de la tarde abríamos la escuela. Los niños y niñas tenían 30 minutos de juego libre para tocar instrumentos, hacer manualidades, ping pong y jugar con los y las voluntarias. Después hacíamos un círculo con un saludo general, se presentaban los talleres del día y se hacían un par de juegos en los que participábamos todos y todas.

La tarde terminaba con un círculo final para comentar la jornada y con una merienda. De esta forma, los niños y niñas con menos recursos volvían a casa con la tripa un poco llena.

Las anécdotas vividas en el proyecto son muchas: imposible quedarse solo con una
Las anécdotas vividas en el proyecto son muchas: imposible quedarse solo con una.

¿Cómo son las actividades que ofrece esta escuelita?

¡Muy variadas! Los lunes es día de deportes: jugábamos a balón prisionero, voleibol, fútbol, ping pong, etc. Los viernes era día de cine y los niños y niñas elegían entre las películas disponibles. La entrada para acceder era algún residuo para tirar a la basura (bolsas de plástico, botellas...). El resto de la semana había talleres de todo tipo desde manualidades como mandalas o origami, hasta charlas sobre alcoholismo o educación sexual.

Cada niño o niña elige los talleres a los que acudir, unos 3 o 4 al día. Cuando pasan 30 minutos en un taller, tienen libertad de cambiar a otro. Eso sí, con la responsabilidad de quedarse 30 minutos. No pasaba nada si el taller no salía exactamente como lo habías pensado. Puedes tener en mente unos objetivos, pero los propios niños y niñas son los que te guían y tienes que adaptarte a ellos.

El entorno del proyecto es increíble, junto al Amazonas.

¿Nos puedes contar alguna anécdota de tu viaje solidario?

Me quedo con el talento y capacidad de los niños y niñas, tanto en dibujo, en baile, en deportes o en música. Cada día era un poco diferente, ¡no podría elegir un solo recuerdo!

¿Lo que más y lo que menos te gustó?

Lo que más, el trato con los niños y niñas de la comunidad.  Además, las chicas del proyecto son increíbles, tanto con los niños y niñas como con los voluntarios y voluntarias que conviven con ellas, ¡para repetir al 100%!  Lo que menos: ¡no poder quedarme más tiempo!

En el proyecto son como una pequeña familia. 
Josu colaboró a través de Tumaini con la escuelita de Iquitos, en Perú, del 4 de noviembre al 4 de diciembre de 2018.

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