jueves, 14 de marzo de 2019

Mónica: “la ONG y Kenia han dejado huella en mí”

Mónica en el proyecto de Kenia. Colaboró durante 3 meses.
Mónica en el proyecto de Kenia. Colaboró durante 3 meses. 

De junio a septiembre de 2018, Mónica vivió un verano lleno de aprendizajes, aventura y solidaridad. Colaboró con una ONG que acoge a niños y niñas de la calle en Kenia. Antes de irse, “Sabía que echaría de menos cada una de las personas del centro”, afirma.

¿Por qué elegiste hacer un viaje solidario y por qué a Kenia?

¡Tenía en mente hacer un viaje solidario desde hacía tiempo! Me decidí después de ir a una reunión de Tumaini en Barcelona. Dos amigas ya habían vivido la experiencia y me la habían recomendado, pero me surgían mil dudas: ¿me adaptaría al sitio? ¿podría aportar algo al proyecto? Mi formación es científica, ¡no tiene nada que ver con niños y niñas! Así que pensé que quizá podría aportar más en algún proyecto relacionado con el empoderamiento de la mujer. Pero Mónica de Tumaini me recomendó colaborar con una ONG que ayuda a niños y niñas de la calle. ¡Ahora no imagino una experiencia mejor!

Mónica compartió viaje solidario con otros voluntarios como Víctor, de Granada
Mónica compartió viaje solidario con otros voluntarios como Víctor, de Granada

¿Qué tareas desarrollaste como voluntaria? 

¡Las tareas son muy variadas! Desde ayudar a Barbra (la profesora) en la clase con los más pequeños a dar clases de español al grupo de Vocacional (una especie de formación profesional). También les enseñamos a cocinar comida española mientras ellos nos enseñaron a preparar comida suajili, les ayudamos a planchar en el servicio de costura, a preparar actividades para los niños y niñas (gincanas, clases de zumba, etc.) y a preparar los “outreach”.

¿En qué consisten los “outreach"?

Es a lo que dedicas más tiempo, y para mí ha sido la parte del proyecto más interesante. Consiste en ir con el bus a Wake Runge o bien a Makadara (en Mombasa), donde hay niños y niñas sin escolarizar y viviendo en condiciones muy hostiles. Con estas salidas haces seguimiento de estos niños y niñas, haces actividades para que aprendan y se diviertan, les das pan y leche, etc. El objetivo es detectar los casos de niños y niñas en situación de más vulnerabilidad e intentar hablar con los padres o responsables para ofrecerles ir a vivir al centro. Allí los y las menores tendrán cubiertas sus necesidades básicas y tienen acceso a un futuro mejor. Los padres pueden seguir visitando a sus hijos e hijas, por supuesto, ¡ya que el cariño de los padres no se puede suplir! Creo que en esta actividad es donde hacemos más falta las personas voluntarias.

El proyecto acoge a niños y niñas de las calle y les ofrece educación
El proyecto acoge a niños y niñas de las calle y les ofrece educación.

Dinos tres cosas que hayas aprendido de Kenia en tu viaje que no sabías antes

Lo primero: ¡no sabía que la gente es tan amable, cariñosa y acogedora! Lo segundo, Kenia es “hakuna matata” y “pole pole”, es decir, el país “sin prisa y sin problemas”. Y, por último, conocí el ugali, una mezcla de harina y agua, que es la estrella de las comidas. Todo el mundo está orgulloso de él, ¡incluso reconociendo que no sabe a nada! :-)

Has estado bastante tiempo en el proyecto, ¿cómo fue tu primera impresión cuando llegaste?

La primera impresión de Kenia fue la del caos, ya que la forma de conducir es una locura. ¡Matatus (minibuses), tuk tuks, motos, vacas y personas se reparten la carretera! En cuanto al proyecto, el primer día nos llevaron a un recinto donde estaban los chicos y chicas del centro esperando para actuar en la competición de coro y bailes tradicionales, y recuerdo nuestra sorpresa al ver que desde el primer momento nos abrazaban y nos cogían de la mano sin soltarnos... ¡sentimos mucha intensidad y cariño desde un inicio!

Una de las cosas que aprendió Mónica es que Kenia es el país del "hakuna matata"

¿Y la última antes de irte?

La última impresión fue sentirme parte del proyecto. Sabía que echaría de menos cada una de las personas del centro, cada una de las sonrisas y los abrazos de los niños y niñas, desde los más pequeños a los adolescentes. Que la ONG y Kenia habían dejado huella en mí, que tenía un hogar allí.

Kenia y el proyecto le han dejado una huella para siempre
Kenia y el proyecto le han dejado una huella para siempre.
Mónica colaboró con el centro de acogida para niños y niñas de la calle de Mombasa del 27 de junio al 3 de septiembre.

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