viernes, 20 de diciembre de 2013

Bali, la isla de los Dioses


Después de visitar la isla de Sumbawa, decido poner rumbo a su vecina y famosa Bali. Tengo que reconocer que la isla me fue conquistando cuanto más la conocía. Los primeros días los pasé en Kuta, una zona muy cercana al aeropuerto y famosa por ser un punto neurálgico para los desplazamientos y por su marcha nocturna. A mi me recordaba a una especie de Ibiza indonesa pero con un turismo diferente, bandadas de jóvenes veinteañeros australianos y de todas partes del mundo ocupan cada noche las calles y discotecas para emborracharse y bailar hasta el amanecer provocando una atmósfera un tanto extraña y de contrastes. 



Este sitio es también famoso por sus olas ya que tiene una de las mejores playas para aprender a hacer surf. Me sorprendió comprobar que, en los 8 km de playa que tiene, hay muy pocos sitios dedicados al baño. Las corrientes son muy fuertes así que sólo te puedes dar un chapuzón sin tabla de surf en zonas delimitadas donde socorristas controlan que no pase nada a los bañistas. Cada tarde, la playa se convierte en un hervidero, mezcla de locales y turistas que se acercan para disfrutar de las bonitas puestas de sol, experiencia muy recomendable!


En mi primer día fui a comer a un restaurante cercano a la playa y las camareras estaban bastante agitadas. Yo no sabía qué pasaba pero resultó que había una especie de “bebé cocodrilo” en el templo del restaurante y mientras me tomaba una Bintang que es la cerveza más famosa de Indonesia lo mataron a palazos. Este tipo de cosas (y muchas más) son las que te hacen recordar dónde estás… Porque en sitios tan turísticos como Bali muchas veces puedes olvidar la sensación de que te separan 18.000 km de tu tierra natal y sobre todo es un sitio donde las necesidades básicas de parte de su población (sanidad, educación,…) no están cubiertas.

Después de unos días en Kuta subí al Noroeste, a un pueblo llamado Candidasa donde muy cerca hay un proyecto que quiero visitar. El proyecto lo he conocido a través de Jordina, una chica catalana que lleva colaborando dos meses allí. Está situado en un diminuto pueblo costero con dos calles: la de la comunidad musulmana y la de los hinduistas. A pesar de que en Indonesia hay mayoría musulmana, en Bali más del 80% de su población practican el hinduismo, lo llaman Hinduismo balinés y tiene pequeñas diferencias ya que lo combinan con prácticas animistas. Son muy creyentes y hay templos por todos lados, me sorprendió ver que casi en cada casa, hotel o restaurante encuentras templos. Eso sin contar los templos de los pueblos, ciudades, etc.

El proyecto pertenece a una fundación internacional pero este proyecto concreto en Bali es chiquitito y necesita muchos voluntarios. Se dedican a dar educación complementaria a niñas y niños sin recursos, clases de inglés, informática, etc. En Bali ocurre lo mismo que en Sumbawa, hay muchas familias que no pueden asumir los gastos de la escuela pública con lo cual mandan a los niños a trabajar en campos de arroz, perpetuando de esta forma el círculo de pobreza en el que viven.  
Los voluntarios dan clases de inglés, informática, matemáticas, talleres de juegos, etc. Se alojan en el mismo centro que es un complejo enorme con varias aulas, despachos de trabajo, casa de voluntarios y hasta piscina, además está rodeado por unos jardines preciosos y  casi en primera línea de playa. Dan clases 4h al día pero el resto de la jornada laboral la dedican a preparar las clases o tareas administrativas y logísticas.

Entrada al proyecto



Atardecer en Candidasa


Rompeolas

Esta zona tiene un entorno absolutamente envidiable con paisajes que se graban en la retina. En cuanto coges un poco de altura puedes disfrutar de unas vistas privilegiadas donde el verde de los campos de arroz contrasta con el azul del mar. 





Muy cerquita descubrí una de las playas más bonitas en las que he estado en toda mi vida. La llaman White Sandy beach y combina arena tan fina que parece que estás caminando sobre harina, aguas turquesas que esconden corales y peces de todos los colores y en perfecto estado (no se puede bucear, sólo hacer snorkle) y por si fuera poco está rodeada de palmeras, campos de arroz y acantilados de piedra volcánica. Lo único que le falla a la playa es que hay muchos warungs que así se llama a los restaurantes locales y todos tienen hamacas desplegadas a lo largo de toda la playa así que imagino que esto le hace perder puntos para no aparecer en alguno de los muchos listados que hay sobre las mejores playas del mundo.

Músico local en Pasir Putih (White Sandy Beach)

Unos días después me dirijo a Ubud, ciudad famosa por su arte y cultura. Aquí es donde se concentran los artistas de toda la isla, mezclados con turistas que han sido atrapados por esta ciudad, restaurantes orgánicos con zumos deliciosos, de nuevo campos de arroz, templos y ofrendas por todos lados.

Ofrendas que encuentras por todos lados. Ésta en una acera de Ubud





He venido hasta aquí para reunirme con el director de una fundación que tiene varios proyectos tanto en la isla de Bali como en Borneo. Trabajan áreas muy diferentes pero todas relacionadas con el medio ambiente y educación.
- En la isla de Nusa Penida, una isla chiquitita situada a tan sólo 14km al Suroeste de Bali y rodeada de corales prácticamente intactos, tienen un santuario para proteger especies de pájaros endémicos que se encuentran en peligro de extinción. Aquí los voluntarios pueden realizar diferentes actividades relacionadas con la reforestación o trabajos con la comunidad: clases de inglés, huerta orgánica, plantación de árboles, recogida de residuos (la gestión de residuos y la excesiva polución es uno de los mayores problemas a los que Bali se enfrenta). Esta pequeña isla es un sitio muy tranquilo, que recibe muy poco turismo por lo que se garantiza la autenticidad de la experiencia. Por si no lo sabíais, Indonesia tiene la segunda mayor tasa del mundo de pájaros en peligro de extinción y este proyecto ha conseguido involucrar a la comunidad de cuarenta y una aldeas tanto de Nusa Penida como de las islas cercanas (Nusa Lembongan y Nusa Ceningan) para que se sumen a la lucha de proteger las especies de pájaros endémicas. Por otro lado y cuando llega la época del desove, también le dan protección a las tortugas marinas. Es importante mencionar que el índice de mortalidad en estos bonitos animales en algunos casos alcanza el 80% de los huevos fecundados. En el voluntariado se protegen los nidos naturales de los principales depredadores y se hace monitorización para obtener más información sobre las diferentes especies de tortugas que acuden a esta playa a desovar.

- En otra zona de Bali, a un par de horas de Ubud, esta misma fundación tiene también un centro donde cuidan a animales rescatados, la mayoría víctimas de la caza furtiva o del comercio ilegal. Tienen más de cuarenta animales entre pájaros y primates y la idea es rehabilitarles para poderles introducir de nuevo en su hábitat natural.

- En la isla de Borneo comenzaron trabajando en el año 1997 por la rehabilitación y puesta en libertad de orangutanes. Actualmente trabajan en el rescate de orangutanes, osos malayos y tortugas marinas. Los voluntarios colaboran en una gran variedad de tareas (empoderamiento de las comunidades, reforestación,…) pero si alguno quiere ir exclusivamente para trabajar con orangutanes éste no es el sitio ya que en el voluntariado no se puede colaborar en este área debido a un cambio en la legislación indonesa en el año 2002 aunque si sois afortunados, sí que podréis ver orangutanes en libertad y ¡hasta cocodrilos!





Ahora sí! Próxima parada: España!!

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