Patricia en Nusa Penida: ¡fue un placer estar, aportar y recibir!

Patricia durante sus clases de inglés en Nusa Penida, Indonesia.

Patricia Perelló estrenó 2018 de una forma que nunca olvidará: con un viaje solidario a Bali. En enero, colaboró con una ONG que tiene como objetivo la protección del medioambiente. Monitoziró un ave de pluma blanca y ojos azules en peligro de extinción. Un día, se sentó a esperar a que acabara de llover en la terraza del proyecto y, cuando se dio cuenta, ¡habían pasado 5 horas! “Aprendí a vivir el momento”, explica.

¿Por qué elegiste Nusa Penida para hacer tu voluntariado?

Porque me gusta el sudeste asiático y sabía que podía aportar mucho al proyecto. Nusa Penida es una bonita isla, muy virgen, selva y frondosa, con playas y arrecifes coralinos. Creo que así era Indonesia hace años antes de la entrada de turismo de masas. La gente encantadora, humilde y acogedora, te ofrecen todo aunque no tengan casi nada. La comida es buenísima, mucha fruta y verdura, algo de pescado y bien condimentada… ¡riquísima!

Nusa Penida es una pequeña isla de Bali con paisajes espectaculares.

¿Cómo fue tu viaje hasta la isla?

Como yo salgo de Mallorca, por lo que tuve que pasar por varios aeropuertos hasta llegar a Bali. Allí tuve que pasar una noche. De ahí, por la mañana, cogí un transporte hacia el puerto. Tuve que esperar a que hubiera sitio en una de las barcas y… ¡tuve la mala suerte de bajar en el puerto incorrecto de Nusa Penida! Al final me pasé tres días hasta llegar a destino, ¡la población local me ayudó a encontrar la ONG!

¿Qué tareas realizaste en el proyecto?

Las tareas a realizar son sencillas: monitorizar aves, cuidar el jardín, dar clases de inglés, y lo que se necesite. Un día barrer la carretera. Otro ir a quitar plásticos de la playa....La verdad que me gustó hacer todo. Era… No sé cómo explicarlo, simplemente era.

Bali Sterling, el ave en peligro de extinción protegida por el proyecto.

Monitorizaste un ave en peligro de extinción, ¿cuál?

El Bali Sterling. El primer día me fue difícil acostumbrarme a su color, pero el segundo mis ojos ya estaban adaptados a ese color blanco y ojos azules ¡y lo podía distinguir rápidamente! ¡Era muy bonito! Incluso pudimos comprobar que una pareja ya estaba con crías. Fue un momento muy chulo.

¿Con qué te quedas de tu viaje?

Yo ya había viajado mucho por esa zona, por lo que no he aprendido tantas cosas, pero me quedo con saber estar en el momento. Un momento gratificante e impensable en Europa fue un día que deberíamos ir a dar clase y empezó a llover. La coordinadora me dijo que veríamos si podíamos bajar al pueblo y me senté a esperar en la terracita. Me quedé sentada viendo, oliendo y escuchando la lluvia… Cuando me di cuenta habían pasado cinco horas y me pareció un segundo ¡Eso era el momento!

Patricia durante su voluntariado medioambiental en Nusa Penida.

 

¿Coincidiste con otros voluntarios y voluntarias?

¡No! En un principio se me hizo raro, pero luego lo disfruté muchísimo. ¡De esta forma entré mucho más en contacto con la gente del lugar! El último día vino otra voluntaria pero llegó muy cansada y casi no la vi.

¿Recomiendas hacer un viaje solidario?

¡Sí! Recomiendo a todo el mundo hacer un viaje así. Pero es importante no equivocarse con la idea de que solo vas a ayudar. Hay que viajar con honestidad y saber que vas hacer un trabajo personal tuyo. ¡A mí me ha aportado muchísimo!

De hecho, la coordinadora me preguntó si volvería y le dije que seguro que sí… ¡fue un placer estar, aportar y recibir!

Patricia aprendió a observar la naturaleza y a vivir el momento.

Patricia Perelló colaboró con la ONG de Nusa Penida del 2 al 10 de enero de 2018.