martes, 22 de octubre de 2013

Yeshi...De pastor a fundador de una ONG

Llevo ya 5 días en McLeod Ganj y cada día estoy más contenta de haber elegido este sitio. 

Aquí es donde se estableció el Dalai Lama en 1959, todo el mundo aquí se refiere a él como His Holyness. Viven en torno a 20.000 refugiados tibetanos y la historia que tiene cada uno de ellos detrás hace que no deje de sorprenderme de la fortaleza de los seres humanos. Por ejemplo, el coordinador del proyecto que estoy visitando se llama Yeshi, el otro día mientras almorzábamos en una terraza con espectaculares vistas a la cordillera de Dhanla Dar me contó su historia. Hasta los 13 años fue pastor en su tierra, el Tíbet. Decidió huir porque quería acceder a una educación, cosa que en su país su familia no podía permitirse, no soportaba más la represión china y además quería conocer a su líder el Dalai Lama. Después de la ocupación china en Octubre de 1950 cada año más de 1.000 tibetanos cruzan la cordillera del Himalaya dejando todo atrás y arriesgando su vida a cambio de libertad. Yeshi estuvo durante varios meses preparando su huida y, cuando llegó el día, cogió su mochila y viajó durante 20 días en diferentes medios de transporte. En Lhasa se encontró con otros 40 tibetanos decididos a enfrentarse a un viaje largo y peligroso a cambio de una vida en libertad, son personas que no pueden soportar la violación de los derechos humanos que se produce constantemente en Tíbet a pesar de que la salida les pueda costar la vida.
Con la invasión, el gobierno comunista tomó el control de las escuelas. Acceder a primaria cuesta 150 yuangs al mes y secundaria 2.500 yuangs al mes. Para que os hagáis una idea los ingresos normales de un granjero tibetano son 4.000 yuangs al año por lo que la mayoría de las familias no se pueden permitir pagar una educación. Además, en las escuelas se ha eliminado el tibetano como lengua oficial y ha sido reemplazado por el mandarín. Por otro lado los tibetanos han perdido toda libertad religiosa, los soldados chinos vigilan los monasterios para que en las poojas (ceremonias religiosas) no se haga ninguna mención al Dalai Lama lo cual es muy incoherente ya que es el pilar de su fe religiosa. Aquellos que luchan por proteger sus derechos son arrestados y torturados. De hecho, desde el año 2009 más de 130 personas (en su mayoría monjes) han decidido inmolarse prendiéndose fuego en señal de protesta para llamar la atención de la comunidad internacional.
Yeshi me contó que de los 40 compañeros de viaje había aproximadamente 15 niños entre 1 y 10 años (muchos padres confían sus hijos al guía, siendo conscientes de que es probable que no los vuelvan a ver, esperando que sean capaces de soportar la dureza del viaje a cambio de una vida mejor). En el grupo había una mujer que viajaba sola cargando con sus dos hijos, de uno y dos años, atados uno a la espalda y otro en la parte del pecho. Estuvieron caminando durante dos meses atravesando la cordillera del Himalaya desde Octubre hasta Diciembre. La vía de huida más frecuente suele ser la región de Solu Khumbu, en la frontera con Nepal, donde se encuentra el Monte Everest. La altura media de esta ruta es de 5.000m. El motivo de hacerlo en invierno es porque en estas fechas es menos probable encontrarse con policía. En verano las montañas están controladas por la policía china que dispara a los tibetanos que intentan escapar de su régimen. Os podéis imaginar las temperaturas tan extremas que tuvieron que soportar. Caminaban más de 10 h al día, en alguna ocasión tuvieron que caminar también  de noche puesto que era muy peligroso descansar. Por supuesto, no tenían ni tiendas de campaña ni ninguna “comodidad” de las que pueden gozar los montañeros profesionales. Una o dos mudas de ropa, una muyee (chaqueta de lana) para el frío y sólo un par de zapatos. Tienen que ir lo menos cargados posible por si surge una patrulla china y tienen que salir huyendo. Para dormir, llevaban una manta y un plástico y se envolvían en él. Respecto a la comida, cada uno llevó un tsampa (harina de cebada tostada que constituye el alimento básico de los tibetanos) y unos gramos de mantequilla de yak.
Para cruzar los ríos se desnudaban completamente y se ataban unos a otros con una cuerda para que no se los llevara la corriente, cargando cada uno con su ropa en la cabeza y asegurándose de que ésta no se mojara. El entorno era hostil no sólo por las temperaturas extremas sino porque además tenían que lidiar con el ataque de animales hambrientos y los disparos de la policía tanto nepalí como china. Quedaron muchos por el camino pero él finalmente llegó. 

Yeshi ha decidido montar este proyecto para proteger la cultura tibetana y ayudar a otros refugiados tibetanos que acaban de llegar. La verdad es que tuve que hacer verdaderos esfuerzos para contener las lágrimas mientras me daba los detalles de su llegada a la India. Él lo contaba como si nada mientras degustábamos unos deliciosos momos que es el plato tibetano más famoso, unas empanadillas hechas al vapor o fritas rellenas de diferentes ingredientes (verduras, carne, etc)


Aquí tenéis una foto de este pequeño gran héroe =)


3 comentarios:

  1. Queridísima moniii!!!! Mil gracias por compartir!! Si yo me emociono de leerlo, ya me imagino el esfuerzo que habrás hecho.. tu fortaleza, tu capacidad y tu sensibilidad, harán Tumaini una realidad. Seguí disfrutando, experimentando y mostrándonos tus vivencias. Un abrazo gigante

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  2. Gracias a ti y a Yeshi Lhundup por esta historia, para nosotros de otro mundo y tan habitual para muchos tibetanos. Deseando encontrarme con vosotros dos, os quiero incluso antes de habernos visto.

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  3. ¡Muchas gracias por tu respuesta Consuelo! Será todo un placer conocerte en persona, ¿Vendrás al evento que organiza Foro Tíbet y UNFFT del próximo sábado 14 de Junio en Madrid? Allí estaremos además dando información de nuestros proyectos.
    Un abrazo

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