Yaiza viajó con Tumaini el pasado mes de mayo a India. Realizó su Viaje Solidario en la guardería de niños y niñas tibetanos. Esta guardería ofrece este servicio a familias tibetanas sin recursos y les ayuda en el cuidado de sus hijos mientras que ellos tienen que trabajar.
"Lo que más le gustó fue pasar tiempo con los peques y lo que menos la despedida. Una experiencia que valora con un 10. Ella misma nos cuenta su día a día:
A primera hora de la mañana camino junto a otras voluntarias por las calles concurridas de infinitos puestos comerciales. Lo caótico define sus dos calles principales donde sexagenarios carros y tuck tuck van y vienen sin control al compás del sonido de las bocinas. Nuestro trayecto termina en la guardería, donde los niños van llegando con la mejor sonrisa, inocente y transparente.
Lo primero es pasar lista para luego jugar, y, como si no hubiese un mañana, todos los niños gatean o corretean y te hacen partícipe al instante de sus múltiples diversiones. Luego llega la hora de recoger los juguetes y los niños participan como si de un juego se tratara.
Después toca cantar y bailar al ritmo de canciones tibetanas y en inglés para seguidamente pasar a la comida. Cuando terminan de comer se les lleva a sus respectivos orinales y se les cambia los pañales. Luego preparamos las colchonetas con sus coloridas mantas para terminar la jornada arropando y velando por el sueño de los niños"
Yaiza, viajera de Tumaini en McLeod Ganj (India), en mayo 2016
"Lo que más le gustó fue pasar tiempo con los peques y lo que menos la despedida. Una experiencia que valora con un 10. Ella misma nos cuenta su día a día:
Yaiza con algunos peques de la guardería |
A primera hora de la mañana camino junto a otras voluntarias por las calles concurridas de infinitos puestos comerciales. Lo caótico define sus dos calles principales donde sexagenarios carros y tuck tuck van y vienen sin control al compás del sonido de las bocinas. Nuestro trayecto termina en la guardería, donde los niños van llegando con la mejor sonrisa, inocente y transparente.
Yaiza con trabajadoras del centro y otras voluntarias |
Lo primero es pasar lista para luego jugar, y, como si no hubiese un mañana, todos los niños gatean o corretean y te hacen partícipe al instante de sus múltiples diversiones. Luego llega la hora de recoger los juguetes y los niños participan como si de un juego se tratara.
Después toca cantar y bailar al ritmo de canciones tibetanas y en inglés para seguidamente pasar a la comida. Cuando terminan de comer se les lleva a sus respectivos orinales y se les cambia los pañales. Luego preparamos las colchonetas con sus coloridas mantas para terminar la jornada arropando y velando por el sueño de los niños"
Yaiza, viajera de Tumaini en McLeod Ganj (India), en mayo 2016
Yaiza, Sofía y Ainhoa, viajeras de Tumaini en la guardería |
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